Posted by Clasicofilm
Posted on 9:09
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Título originalA Bill of DivorcementAño1940Duración74 min.País Estados UnidosDirecciónGuionDalton Trumbo (Obra: Clemence Dane)
MúsicaRoy Webb
FotografíaNicholas Musuraca (B&W)
RepartoProductoraRKO Radio Pictures
GéneroDramaSinopsisMargaret, que vive con su hija y su cuñada, es una divorciada cuyo marido lleva veinte años internado en un sanatorio. Ella desea rehacer su vida con un hombre al que conoce desde hace tiempo, pero su cuñada no ve con buenos ojos esa relación. La hija de Margaret también tiene novio y piensa casarse pronto. La situación se complica cuando el exmarido de Margaret se escapa del sanatorio y vuelve a casa, creyendo que todavía sigue casado con su mujer.
John Farrow fue un director, guionista y productor americano todoterreno nacido en Australia que trabajó durante 30 años en Hollywood. Frecuentó todos los géneros y en ningún caso se puede decir que hiciera una película mediocre. Farrow entra en esa categoría tan amplia y flexible de los directores llamados artesanos, pero su carrera esta sazonada con numerosas obras que van más allá de demostrar un gran oficio o de resultar rentable para las productoras.
ResponderEliminarEn el terreno del melodrama esta es posiblemente una de sus más conocidas películas, tercera versión de la exitosa obra de teatro de la novelista y también guionista Clemence Dane -la primera versión fue la muda de 1922 y la siguiente y más famosa, la de George Cukor de 1932 que supuso el debut de Katharine Hepburn en el cine-.
Desgarrador melodrama sobre la piedad, la culpa y la locura, rodado con gran elegancia, en esta el guion cuenta con el trabajo de Dalton Trumbo que trata de pulir alguno de los elementos más folletinescos del texto de origen. La obra trata del chantaje emocional y del peso de las costumbres, del límite de lo correcto, y del estigma de la enfermedad, aunque toda la parte de la locura hereditaria haya envejecido muy mal. No por ello dejaremos de disfrutar del trabajo de Maureen O’Hara -superior incluso al de Hepburn en la anterior versión- en una de sus primeras películas, interpretando a Sidney Fairfield, la fogosa hija a la que se une la soberana lección de Adolphe Menjou como extraviado padre, frente a los que un soso Herbert Marshall y una algo descolorida Fay Bainter poco pueden hacer, concertados todos ellos por un Farrow capaz de desenvolverse con habilidad por unos escenarios desarrollados íntegramente en la casa de los Fairfield.
Breve, intensa y buena
Crítica de: Gould Oviedo (España)
Desgarrador melodrama sobre la piedad y el sacrificio.
ResponderEliminarPues la protagonista renuncia a una efímera felicidad, a cambio de no hacer desgraciados a una posible descendencia.-
Buena película
gracias
saludos
pepe garcia perez:
ResponderEliminar"... a cambio de no hacer dergraciados a una posible descendencia", y sobre todo, y es lo IMPORTANTÍSIMO, ¡a cambio de hacer felices a su madre y a su padre! Nunca he visto tamaño sacrificio en una HIJA, tan es así, que me resulta de todo punto increíble la obra dramática... (y es que quizá solamente sea un mero ejercicio retórico para entrenamiento -o lucimiento- de actores).