El truhán y su prenda (1980) HDtv

Para poder hablar con claridad y con persuasivos argumentos, es indispensable conocer de primera mano, y con profundidad, aquello de lo que se habla. De lo contrario, se balbuce, se dicen ligerezas… o se hace definitivamente el oso. Damon Runyon (1880-1946), sabía muy bien de lo que hablaba cuando se puso a contar historias en las que sus protagonistas eran gansters y/o jugadores a los que trata con la mayor simpatía. Él mismo, fue jugador profesional y durante largos años se movió en ese mundo donde hay toda suerte de avivatos y oportunistas, pero, entre unos y otros, siempre se hallan hombres que preservan reprimida un alma de gran valía… que tan sólo espera un sincero toque humano para poder aflorar a borbotones.

Runyon sabía muy bien que, con frecuencia, son las carencias de tipo afectivo las que convierten a los hombres en seres amorales, tramposos y criminales, pero, cuando estos mismos hombres conocen el Amor y la valoración, su vida se transforma como por encanto, y es muy probable, que abandonen el delito para siempre, porque, de una u otra manera, lo que en definitiva se busca con todo lo que se hace, es acceder a un poco de afecto y de significado.

Piense en películas como “Lady for a day”, “Guy and Dolls”… o “LITTLE MISS MARKER”, (todas ellas basadas en historias de Damon Runyon), y ahí encontrará a personajes de profesiones non sanctas que, de repente, se convierten en verdaderos ángeles… mientras que, aquellos seres a quienes ayudan, se convierten, a su vez, en poderosos salvadores de sus opacadas almas. Porque dar es igual a recibir, y cuando un hombre decide iluminar el mundo, el mundo entero brillará para él.

Elegido, por su gran acogida, para encabezar el título del libro que Damon Runyon publicó en 1932 (“Little Miss Marker and other stories”), este cuento interesó de inmediato a los productores de cine, y ya en 1934, se hizo la primera adaptación dirigida por Alexander Hall, con Shirley Temple en el rol que la lanzaría al estrellato. Vendrían, luego, otras versiones libres, tituladas “Sorrowful Jones” (1949) y “40 Pounds of Trouble” (1962)… y dieciocho años después, el calificado guionista, Walter Bernstein, decide adaptar él mismo la celebrada historia de Runyon, habiendo tenido la capacidad de convencer a Universal Studios para que también lo dejara dirigirla.

El resultado es un filme bastante entretenido ¡y altamente necesario! que, muy especialmente en estos últimos años, renueva ese respeto y transparente cariño que se merecen los niños de cualquier edad. Sorrowful (Amargado) Jones, personaje para el que, con gran criterio, se eligió a Walter Matthau (también con experiencia de jugador y amante de los caballos), surge aquí como la clase de hombre que juega a ser un ogro, pero cuando conoce a “La Chica”, dará comienzo en su vida una transformación a la que quizás no pueda resistirse.

Tony Curtis, quien protagonizara la anterior “40 Pounds of trouble”, tiene aquí el rol de Blackie, otro caradura que también tiene su corazoncito. Julie Andrews es Amanda Worthington, una mujer con suficiente encanto como para despertar maravillosas sensaciones; y Sara Stimson, es la chiquilla de 6 años capaz de devolver con creces lo que se hace por ella.

“EL TRUHÁN Y SU PRENDA” es la clase de película que, de verdad, demuestra lo que de Jones dice Amanda: “Hay hombres que lucen amargados porque nadie ha sabido verles o porque ellos hacen todo lo posible para que nadie consiga verles”.

Crítica de: Luis Guillermo Cardona Medellín (Colombia)

Olvidada la tenía, lo único de ella que me sonaba era el título. A pesar del tiempo transcurrido sigue siendo una comedia algo negra pero divertida.

Saludos Oscar🖐

ME ENCANTO !